Maduración de 2 a 6 años


El niño en este período de la vida, adquiere y desarrolla mayores habilidades motoras. Va dejando el período de egocentrismo total (todo gira alrededor de él) para dar paso a una forma práctica de actuar.

Controla los esfínteres, incorpora mas palabras a su vocabulario, consolida su autonomía y de esta manera puede desarrollar, por iniciativa propia, cosas. Esta es una época clave donde a través del cuidado de los padres y la puesta de los límites el niño va adquiriendo su independencia y autonomía.

Cambios físicos
En esta época de la vida entre los dos y los seis años hay una disminución notoria del crecimiento del cuerpo físico. Tanto el cerebro como el cuerpo en general, disminuyen notoriamente su crecimiento. No se notarán cambios significativos en la talla o en el peso y esto se evidencia además por la disminución del apetito tan característica en esta época.
El cuerpo va adquiriendo nuevas formas, dejará de ser un niño panzón con los pies chuecos. Ahora, gracias a la actividad física que encuentra en su máxima expresión, desarrollará un cuerpo mas estilizado.
Las necesidades de sueño disminuyen también notoriamente. Las pequeñas siestitas desaparecen y tan solo conservará una después del almuerzo.

Logros madurativos
En esta etapa tiene mayor destreza motora fina. Es decir, mejora su habilidad con los lápices, puede pintar, los juegos de encaje los maneja con mas soltura, pueden concentrarse un poco mas y arman los puzzles. Arman torres de mas de diez cubos. Gracias a la mayor capacidad motora gruesa pueden saltar, jugar a la pelota, andar en bicicleta.
La visión también va completando su desarrollo, pero todavía faltan algunos años mas. En el período preescolar la agudeza visual alcanza alrededor de 20/25.
A los tres años se completo la dentadura primaria, por este motivo se realza en esta época la primera consulta al odontopediatra.
El lenguaje alcanza su máximo desarrollo en este período, y contribuye en gran medida con el proceso de socialización. La calidad y la cantidad las palabras, está directamente influenciada por las utilizadas en el hogar. La charla cotidiana con palabras claras, la lectura y el estímulo para que pueda expresarse son fundamentales para enriquecer el vocabulario. La televisión y la radio también son importantes fuentes para enriquecer el vocabulario o entorpecerlo.
Los papás deben vigilar permanentemente que se ve o que se escucha. Es común escuchar a niños reproducir palabra utilizadas en otros países o en otras culturas.

El desarrollo cognitivo del niño preescolar consiste en el paso del pensamiento prelógico adquirido en los dos primeros años al pensamiento lógico de la edad escolar. Entre los dos y los cuatro años de edad el niño avanza desde la autosatisfacción propia del lactante hasta una conducta socializada rudimentaria propia del final de la edad preescolar. Esta es una etapa de investigación permanente llamada preconceptual.
Entre los cuatro a los siete años el niño se expresa a través del lenguaje y no sólo por el aparato motor (como el lactante) manteniéndose en constante investigación (pensamiento intuitivo).
Estas dos etapas (preconceptual y de pensamiento intuitivo) constituyen la etapa de pensamiento preoperacional de Spitz del desarrollo cognitivo que se inicia a los dos años con las primeras representacionones mentales y alcanza a los siete una mayor coherencia en la organización de las acciones.

Desde el punto de vista emocional, el niño se ve fuertemente influenciado por los miembros de la familia y otros niños y adultos con quien comparte cotidianamente (jardín de infantes, sala de juegos). En este período el niño aprende a defenderse, sabe que es bueno y malo y empieza a comprender y aceptar las normas y las reglas.
Siente gran satisfacción al poder comer y vestirse solo, abrocharse los botones o atarse los cordones de los zapatos. También maneja mejor sus emociones y puede controlar más el miedo y la rabia.

Logros que se alcanzan entre los 2 y los 6 años

  • Adquirir una marcha adecuada.
  • Lograr un vocabulario y un lenguaje de adulto.
  • Tener un hábito regular de sueño.
  • Ser independiente en la alimentación.
  • Mantener un hábito alimentario saludable.
  • Practicar en forma adecuada la higiene bucal.
  • Tener capacidad para vestirse y desvestirse por sí solo.
  • Desarrollar autonomía e independencia y tolerancia a separarse de sus padres.
  • Respetar límites, normas y consignas.
  • Demostrar curiosidad, iniciativa e imaginación para desarrollar juegos.
  • Capacidad de socialización y desarrollar nuevas amistades.
  • Practicar juegos con pares y familiares.
  • Escuchar e intervenir en los cuentos.
  • Plantear preguntas sobre las cosas que le rodean.

Problemas que demandan una consulta al pediatra

  • Sueño: dificultad para conciliar el sueño, terrores nocturnos, usar chupete o mamadera, dormir con los padres.
  • Alimentación: disminución del apetito, no come en los horarios establecidos (pica en cualquier momento). Tomar jugos en exceso.
  • Conducta: agresividad, impulsividad, no tolera los limites, grita y pega.
  • Lenguaje: retraso en la incorporación de palabras, tartamudeo, dislalias.
  • Enfermedades: respirador bucal, ronquidos por la noche, otitis frecuentes, estrabismo, caries dentales (por exceso de dulces o jugos).
 

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Crecer Juntos® acompaña a los papás y las mamás en la compleja tarea de ser padres, sin pretender bajo ningún concepto reemplazar la figura del pediatra o médico de la familia.