De percibir vagas siluetas de recién
nacido, a tener al año una vista de
lince.
A partir de la novena semana de gestación,
el feto ya tiene ojos de bebé, con
córnea, iris y cristalino, que permanecen
abiertos hasta que se forma el párpado
que se cierra para protegerlos.
Dos meses antes del nacimiento,
el bebé puede distinguir entre lo claro
y lo oscuro, y cuando el doctor le enfoca una
luz clara al vientre de la madre, el pequeño
manifiesta su malestar.
El bebé a penas nace puede percibir sueltas
vagamente, pero su sistema visual no funciona
del todo bien ya que necesita adaptarse al nuevo
entorno. Para ello es preciso que los ojos reciban
una cantidad determinada de estímulos así
se desarrolla la zona cerebral encargada de la
vista.
La evolución más significativa del
sistema visual es en el primer semestre de vida,
aunque la madurez completa no se alcanza hasta
los dos años.
A
las tres semanas
Los músculos más activos son los
que controlan los ojos. Aunque la visión
se aparta de ser perfecta, el niño trata
de evitar los objetos que se acercan a su cabeza
y copia los gestos sin saber que es lo que hace.
Pero cuando está en brazos de la madre
se concentra solamente en su cara y en nada más.
Al
mes
Es capaz de seguir con la mirada los puntos luminosos
y los colores que se encuentran a 20 centímetros
de distancia, pero como todavía no es capaz
de superponer las imágenes que recibe en
sus dos retinas, ve todo doble.
A
los dos meses
Empieza a descubrir los colores y les sonríe
a todas las personas que le resultan familiares.
Los colores que le atraen más son el rojo
y el blanco y se entretiene observando el móvil
de su cuna. Los móviles son útiles
ya que le permiten enfocar la vista y distinguir
entre objetos en movimiento y en reposo, un paso
importante porque contribuye a desarrollar las
áreas visuales.
Para darnos cuenta de si todo está bien
podemos mover un objeto no sonoro cerca de él
para comprobar si puede mirar hacia todas las
direcciones. Esta prueba puede realizarse hasta
con un bebé de pocas semanas.
Entre
tres y seis meses
En esta etapa se produce un desarrollo significante.
Al principio la criatura se limita a ver lo que
lo rodea, pero luego comienza a seguir con la
mirada todos los movimientos de sus padres. Hacia
el final del primer semestre coordina los movimientos
con la vista y logra agarrar los objetos que más
le gustan para verlos de cerca.
A
partir de los seis meses
Ya distingue con bastante nitidez a las personas
y los objetos de su entorno. Ve bien de cerca
y de lejos, ve con mucho interés lo que
se mueve frente a él, aunque sea con gran
rapidez, y no se le escapa ningún detalle.
De ahora en más los papas deben tener paciencia
ya que el pequeño comienza a tirar los
objetos lo más lejos posible para ver que
pasa, y así una y otra vez. En pocos meses,
empezará a desplazarse solo y podrá
recuperar los objetos él solo.
La
limpieza de los ojos
Cuando el bebé nace el médico limpia
la zona oculta con suero fisiológico y
un colirio antibiótico para prevenir la
conjuntivitis neonatal; y en las primeras 48 horas
realizará un examen detenido de sus ojos
parea descartar cualquier tipo de malformación
o patologías oculares.
Es conveniente que luego de que salga del hospital,
el especialista lo vea entre los seis y los doce
meses de vida.
En
la casa
Para evitar que lo ojitos del pequeño se
infecten, los padres pueden pasarle por cada ojo,
luego de cada baño, una gasa humedecida
con agua hervida o suero fisiológico (por
el borde de los párpados y desde el ángulo
interno hacia el exterior) para atrás las
posibles secreciones. De esta manera, el entorno
de los ojos quedará totalmente limpio.
Lagrimal
obstruido
Es frecuente en muchos bebés luego de nacidos
que les aparezca una leve infección en
los ojos, causada probablemente por un lagrimal
inmaduro u obstruido, que puede ocasionar a su
vez infecciones lacrimales frecuentes.
Para mas información
sobre este tema te recomendamos leer la nota "Obstrucción
del conducto lacrimonasal".
Conjuntivitis
Está enfermedad es la más común
y tiene carácter de infeccioso, y se caracteriza
por el lagrimeo e irritación de la conjuntiva
(el blanco del ojo está enrojecido). Cuando
este aparece hay que lavar el ojo con una gasa
empapada en suero fisiológico o manzanilla.
Es conveniente consultar con el médico
por si precisa unas gotas oftalmológicas
específicas.
Para mas información
sobre este tema te recomendamos leer la nota "Conjuntivitis".
|