Semana 13

El bebé
Tu bebé tiene 11 semanas de vida, pesa aproximadamente 30 grs. y mide unos 7 cm. Su carita se va completando con la aparición de cejas y pestañas. Los ojos ya se acercan a la línea media y las orejas están muy cerca de la posición definitiva. Los párpados permanecerán cerrados por varios meses más. Sus intestinos están tomando su ubicación en el interior del abdomen. El esqueleto sigue el proceso de osificación (antes era cartilaginoso).


La mamá
Tu cuerpo cambia y ya tienes una prominente pancita que mostrar. La cintura se ensancha y te es difícil usar la ropa que se ajusta en la cintura, entonces seguramente optes por acomodarla por debajo de la panza.
Las secreciones de tu cuerpo –sudor, saliva, flujo vaginal- son más abundantes que antes.
Tus sentidos están muy sensibles, principalmente tu olfato está hiperestimulado y sentirás olores que antes no percibías…muchos te resultarán desagradables.
Para evitar nauseas es efectivo que lleves contigo una muestra de perfume que puedas oler, si estás en casa también sirve sentir el aroma de una rodaja de limón recién cortada.
Es recomendable que visites al odontólogo para cuidar tus dientes.

Nutrición
Durante el segundo trimestre del embarazo aumentan los requerimientos nutricionales. Esto se debe –principalmente a las modificaciones corporales maternas, como ser, el aumento del volumen de sangre circulante, el agrandamiento de las mamas, el crecimiento del útero y la acumulación de tejido graso.

Pero también se hacen presentes a partir de esta etapa las necesidades del bebé. Por su rápido crecimiento tiene gran demanda de nutrientes y calorías. La dieta de la embarazada debe entonces ser suficiente para cubrir estas dos demandas.
Debes alimentarte correctamente pero no en demasía.
Recuerda que es conveniente disminuir el consumo de dulces durante el embarazo.

Deportes
El comienzo del segundo trimestre es el momento universalmente aceptado para iniciar actividad física. Casi todos los obstetras coinciden en que ya se ha superado la etapa más peligrosa del embarazo, y por lo tanto la embarazada puede ser declarada apta para su entrenamiento físico.
Para quienes no están acostumbradas a los ejercicios físicos y los deportes, es el momento obligado de comenzar a prepararse para la exigencia física del parto. Por supuesto que antes nadie lo hacía y los bebés nacían igual. ¿Pero, lo hacían realmente igual? ¡Claro que no!
Una embarazada sin sobrepeso y con un buen entrenamiento enfrenta el momento del parto con muchas más resistencias, lo que se traduce en un mejor aprovechamiento del oxígeno, quedando más de éste disponible para su bebé. La tonificación de la musculatura general, y en especial de la perineal, ayuda a evitar los desgarros y prolapsos. Aún aquellas que durante el primer trimestre tuvieron contracciones o hemorragia, pueden iniciar su preparación –toda vez que su amenaza de aborto haya cesado–. Nunca lo hagas sin consultar previamente a tu obstetra, que es el único que puede darte el visto bueno para comenzar.

Desde ya que si habitualmente practicas deportes y gimnasia, y más aún, si ya has comenzado tu preparación física durante el primer trimestre, tienes que continuarla durante el segundo trimestre.
¿Qué obtendremos de esta preparación?

  • Una mejor regulación de la frecuencia cardiaca, lo que ayuda a evitar complicaciones cardiovasculares durante el parto.
  • Mejorar el metabolismo general.
  • Disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos.
  • Aumentar la capacidad del sistema respiratorio.
  • Aumentar la reserva general de fuerzas.
  • Mejorar la eficiencia corporal (agilizar los movimientos).
  • Mejorar el tono, la fuerza y la resistencia muscular.
  • Mejorar la coordinación de los impulsos nerviosos.
  • Disminuir la tensión muscular (aliviando cefaleas y dolores de columna.)
  • Sobrellevar mejor el embarazo y sus cambios posturales cuando existen desviaciones de columna.
  • Mejorar el sistema articular aliviando las molestias que suelen aparecer en las embarazadas que tienden a disminuir su actividad habitual.
  • Facilitar la digestión y la evacuación intestinal combatiendo la constipación habitual del embarazo.
  • Ayudar a evitar el sobrepeso y la obesidad; por tanto prevenir la aparición de enfermedades del embarazo relacionadas con él.
  • Ayudar a combatir el insomnio, mejorando el sueño.
  • Mejorar la actividad sexual.

Como ves, no es poco lo que hace el ejercicio durante este período del embarazo.
La embarazada bien entrenada aprende a controlarse más durante las contracciones, haciendo que éstas sean mucho más tolerables. Ayuda a acelerar la salida de la contracción, adelantando el período de alivio. Cuanto antes comience su entrenamiento durante este trimestre, más ágil llegará al momento del parto.


Crecer Juntos® acompaña a los papás y las mamás en la compleja tarea de ser padres, sin pretender bajo ningún concepto reemplazar la figura del pediatra o médico de la familia.