A los más chiquitos, (los menores de
siete años) les impresiona mucho lo
que ven en la tele. Existen ciertas noticias
que pueden causar en ellos, estrés
y ansiedad.
Una de las consecuencias de dichas
imágenes trasmitidas en vivo puede
ser el temor, pero también existen
otras secuelas negativas:
puede hacerlos menos sensibles a la violencia
y mucho más agresivos.
La relación que existe
entre los chicos y la televisión no es
un tema MENOR que se pueda dejar de lado y tomar
a la ligera.
Veamos
algo de su lado positivo
La televisión puede ser saludable para
los más pequeños pero teniendo en
cuenta ciertas pautas esenciales. Los chicos menores
de dos años no deben ver televisión
en absoluto, mientras que los niños mayores
pueden hacerlo pero no más de una hora
o dos horas diarias siempre y cuando sean programas
de buena calidad y acompañados de alguien
con quien puedan reflexionar sobre lo que ven.
A su vez, es
importante que los menores no vean televisión
solos, ya que durante este período tienen
mas necesidad, desde el punto de vista psicológico
y madurativo, de interacción con los adultos
y este intercambio de estímulos es fundamental
para el crecimiento del sistema nervioso y de
las facultades emocionales, intelectuales y sociales.
Si se ve mucha televisión, se corre el
riesgo de no poder desarrollar al máximo
estas facultades por escasez de estímulos.
Con esto no debemos caer en la confusión
de interpretar que un adulto debe estar continuamente
al lado de ellos transmitiéndoles estímulos,
sino que también es necesario que jueguen
solos pero siempre con juguetes y objetos con
los que puedan manipular e interactuar. También
lo pueden hacer gateando y explorando diferentes
rincones.
A
partir de los dos años es necesario
limitar el tiempo frente al televisor y también
evitar que el pequeño tenga un televisor
en su cuarto. Para esto la mejor opción
es poner el televisor en un lugar de espacio común
y que esté bajo la supervisión de
un adulto.
Todas estas precauciones se deben a que el desarrollo
de los chicos tiene dos motores principales: la
comunicación
y el juego,
y en ambos casos el chico interpreta un rol activo
y protagonista.
La tele lo condena a una postura
estática y pasiva, sin actividad ni protagonismo.
No le permite vivir experiencias propias ni tomar
iniciativas.
Sin embargo, es importante aclarar que los chicos
disfrutan con la televisión y este rol
pasivo en el cual los pone la tele también
se repite con las obras de teatro, las películas
para niños y el cine infantil. Es por eso
que lo recomendable es tener siempre en claro
los riesgos e inconvenientes del abuso para poder
prevenirlos.
Bien administrada, la tele
puede ser un atractivo e interesante proveedor
para la fantasía infantil.
Una vez que tenemos la certeza de que los programas
seleccionados son adecuados, incluso podemos dejar
a los chicos a solas delante de la pantalla. Pero
no debemos abusar con esta libertad ya que es
importante comprender que siempre la presencia
del adulto como mediador entre ellos y las fantasías
es conveniente.
Datos
a tener en cuenta
-
No debemos prohibir la
televisión para niños mayores
de dos años sino que debemos permitirle
que la vean solo un rato, sobre todo vídeos
y programas de calidad y apropiados para niños.
-
No debemos acostumbrarlos
a tener el televisor prendido porque se corre
el riesgo de que se convierta en el centro de
la vida familiar.
-
Supervisemos aquellos programas
y videos que más tarde verán nuestros
hijos.
-
En la medida de lo posible
tratemos de acompañarlos cuando están
frente al televisor.
-
Conviene poner límites
y horarios.
-
Controlemos lo que ven
en las tandas publicitarias ya que muchas de
ellas apuntan a influenciar sus hábitos
y mentalidad inculcándoles una tendencia
consumista.
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