Dolores posparto o entuertos


El fenómeno anatómico principal que tiene lugar durante el puerperio es la llamada "involución uterina", proceso mediante el cual el útero, que se distendió para albergar en su interior al bebé, regresa a un tamaño más o menos semejante al que tenía antes del embarazo.


Para graficar este hecho basta mencionar que luego del parto el útero pesa alrededor de un kilo, y que un mes y medio más tarde no llega a los 100 gramos. Para ello es necesario que contracciones de gran intensidad (las conocemos popularmente con el nombre de entuertos) se sucedan con elevada frecuencia durante las primeras 24 a 48 horas.
Son automáticas pero se acentúan cada vez que se pone el bebé al pecho, debido a que la succión de los pezones determina la liberación de la hormona oxitocina, que actúa a nivel de las fibras musculares uterinas determinando contracciones fuertes y sostenidas.

De a poco y a fuerza de contracciones el útero se desprende de los restos de tejidos relacionados con el embarazo que pueden permanecer dentro de él, y progresivamente achica su tamaño.

Así podemos comprobar que inmediatamente después del parto el fondo del útero se toca a nivel de la cicatriz umbilical. Al tercer o cuarto día, a dos centímetros por debajo de aquélla. A la semana, a nivel de la inserción superior del vello del pubis, y al mes del parto ya no es posible reconocerlo por palpación abdominal.

Sangrado y secreciones
Durante el período de regresión uterina se produce la salida de secreciones por vía vaginal, procedentes del interior de la cavidad del útero. Se las denomina loquios.

Al comienzo son "rojos", porque predominan las secreciones sanguinolentas con pequeños coágulos, y luego "blancos", al estar compuestos principalmente de contenido mucoso. Pueden eliminarse con los mismos pequeños fragmentos de tejidos blanquecinos que no deben alarmar.

Es importante observar las características de los loquios. Si se produce la eliminación de gran cantidad de tejido o cambia de color tomando un tinte verdoso-amarillento, o adquiere mal olor, se impone la consulta con el obstetra a la brevedad. No es una emergencia, pero no se debe dejar pasar el tiempo.

Durante el puerperio los órganos genitales internos y las vías urinarias bajas están más expuestos al riesgo de infecciones, por lo que es aconsejable extremar al máximo la higiene local.
Generalmente aparte del uso de pañalines, te aconsejarán hacerte lavados con agua tibia y algún antiséptico (iodopovidona).

Pérdida de cabello
La reducción de los niveles circulantes de progesterona facilitarán la rápida mejoría de tu cutis. Pero el transitorio predominio de ésta sobre los estrógenos se hará sentir sin embargo: notarás que tu cabello cae con facilidad. Esto es normal que ocurra. Será más notorio en quienes tienen cutis graso, pero a toda puérpera se le caerá el cabello a un ritmo más acelerado que lo habitual. Afortunadamente, este fenómeno se revierte más adelante. Ninguna mujer quedó pelada por haber tenido hijos o dar el pecho.

 

Crecer Juntos® acompaña a los papás y las mamás en la compleja tarea de ser padres, sin pretender bajo ningún concepto reemplazar la figura del pediatra o médico de la familia.