Si tu hijo tiene diarrea, hará deposiciones
líquidas mas frecuentemente de lo habitual.
Esto podrá
ser el resultado de una dieta demasiado compleja
o con mayor contenido en fibras de lo de costumbre
o por la infección de algún
germen, que
habitualmente contamina algún alimento. A esta última también se la denomina GASTROENTERITIS.
Es grave en bebés ya que puede producir
deshidratación muy rápidamente,
pero por suerte en la mayoría de los casos
(80%), cuando no se llega a este extremo, mejora
espontáneamente al cabo de 3 o 4 días.
Esto significa que se autolimita.
¿Quién
la produce?
En general es producida por diferentes virus aunque
también son las bacterias responsables
de estos cuadros. Las más comunes son:
Shigella, Salmonella, Campilobacter, Escherichia
coli. Al hacer el diagnostico será tu pediatra
quien decidirá la terapéutica mas
adecuada ya que en general no es necesario la
utilización de antibióticos.
Síntomas
-
Vómitos, náuseas.
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Diarrea.
-
Retorcijones.
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Flatulencia o gases.
-
Distensión del abdomen.
-
Pérdida del apetito.
- Fiebre
alta.
¿Qué
hacer?
-
Asegurarte que beba líquidos
abundantes, mas aun si tiene sed. Si ha tenido
vómitos o la diarrea es muy líquida
ofrécele sales de rehidratación
que venden en todas las farmacias y si no las
consigues puedes prepararlas con:
- Cloruro de sodio 3,5 gr.
- Cloruro de potasio 1,5 gr.
- Bicarbonato de sodio 20 gr.
Este se administra a razón de 20 cm3
por kg. de peso cada 20 o 30 minutos aproximadamente.
-
Suspéndele los alimentos
mas aun si tiene vómitos. De ésta
forma el intestino reposará para recibir
mejor los alimentos, los que se introducirán
muy lentamente sin realizar dietas muy rígidas.
-
Controla la temperatura de tu hijo utilizando medios físicos,
paños de agua fría en las axilas,
la ingle y la cabeza y si no descendiera dale
una dosis de paracetamol para bajársela.
-
Si está tomando
el pecho continúa dándoselo, nunca hay
que suspenderlo, si no lo toma ofrécele
una leche pobre o libre de lactosa ya que ésta
es un azúcar y favorece la fermentación.
-
Nunca uses antibióticos,
antidiarreicos o antiespasmódicos si
no fueron recetados por el pediatra. Los tés
y los yuyos aumentan la diuresis (cantidad de
pis) por lo tanto favorecen la deshidratación.
Síntomas de deshidratación
Si tu hijo está deshidratado
o corre el riesgo de estarlo prepara o compra
sales de rehidratación, dilúyelas
en un litro de agua hervida y enfriada. Ofréceselas
por cucharitas en forma fraccionada aunque tenga
mucha sed, de ésta forma evitarás
los vómitos.
Dieta
Cereales:
Arroz común blanco, hervido y recocido.
Polenta, harina de maíz muy cocida. Sémola
bien cocida en sopa. Caldo de verdura casera y
colado con una pizca de sal.
Quesos: Rallado
solo como condimento de las preparaciones.
Carnes: Rojas
a la plancha, blancas hervidas, pollo sin piel.
Pastas: Bien
cocidas y sin salsa.
Huevos: Cocido
duro.
Gelatina:
Preferentemente dietética.
Frutas: Manzana
o pera sin cáscara, asada o cocida, banana
bien madura pelada y sin hilos.
Cuándo
llamar al médico
Llama enseguida a tu medico si tu hijo:
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Vomita y aparece muy somnoliento.
-
Vomita de color amarillo
verdoso.
-
Ha vomitado repetidamete
por mas de seis horas.
-
Muestra signos de deshidratación.
-
Tiene deposiciones líquidas
y frecuentes por varias horas.
-
Tiene sangre en la materia
fecal.
-
Tiene menos de un año
y sospechas una diarrea.
¿Qué
hará el pediatra?
El doctor examinará
a tu hijo para detectar la causa de la diarrea
o los vómitos, y los tratará según
su diagnóstico.
Si presentara signos de deshidratación
te indicará líquidos con polvo para
rehidratación oral o líquidos sustitutos
para restaurar la hidratación.
Si el cuadro clínico no es claro o la evolución
no es la esperada podrá solicitar análisis
de orina y materia fecal.
Si tu hijo ya está muy deshidratado o los
vómitos no le permiten una adecuada tolerancia
oral tendrá que ingresarlo al hospital
para administrar el líquido que necesita
a través de un goteo.
RECUERDA asegurarte de que tu hijo se lave bien
las manos después de utilizar el baño
y antes de ingerir cualquier alimento. Lávate
las manos después de cambiarle el pañal
o acompañarlo al baño y antes de
prepararle su comida. No olvides de esterilizar
todos los utensilios.
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