El asma


El asma se caracteriza por el cierre u obstrucción del bronquio en forma transitoria, pero a su vez este síntoma revierte en forma total o parcial con tratamiento broncodilatador (medicamentos que actúan sobre los bronquios modificando su calibre, como dice su nombre, dilatándolos).

Es importante que los papás conozcan la definición de asma. Como otras enfermedades es tratable, nadie que la padezca estará invalido o imposibilitado de hacer una vida normal, ha dejado de ser "un cuco", y tampoco lo son los medicamentos.
De esta manera papás seguros y no paralizados, contribuirán para que esta enfermedad que en otros tiempos era algo terrible, hoy sea una mas entre tantas y por sobre todo con el convencimiento de que al cumplir con el tratamiento apropiado se logra hasta erradicar los síntomas tan molestos para el niño y la familia.

Síntomas

  • Tos, particularmente por la noche y después de hacer ejercicios.
  • Sibilancias suaves y disnea, más durante un resfriado.
  • Ataques de disnea grave, en que la respiración se hace superficial y difícil.
  • Sensación de ahogo.
  • Piel pálida y sudorosa cuando sufre un ataque.

Signos de emergencia

  • Presenta un tinte azulado en la lengua o alrededor de los labios.
  • Tiene disnea intensa.
  • No respira mejor luego de 10 minutos de tomada la medicina.
  • Deja de responder.

¿Qué puedo hacer?
Mantén la calma y tranquiliza al niño. Si ha tenido ataques previos, dale el medicamento que el médico te haya prescrito. Si no surte efecto, pide ayuda urgente.
Sienta al niño en tu regazo e inclínale un poco hacia adelante, esto le facilita la respiración. No lo estreches en tus brazos, dejalo buscar la posición más cómoda.
Si el niño prefiere sentarse solo, ponle una pila de cojines, sobre la que pueda inclinarse.

Tratamiento
En relación al tratamiento, en el momento de la crisis se deben utilizar broncodilatadores y en algunas oportunidades corticoides.
Estos últimos contribuyen desinflamando el bronquio y de esta manera los broncodilatadores (se pueden suministrar con nebulizaciones o con aerosoles) actúan mucho mejor y mas rápidamente.
En relación a los aerosoles, otro de los fantasmas de esta enfermedad, su utilización es la de elección para este tipo de afecciones. Permite una mejor dosificación del medicamento, facilita su accionar localmente (sobre la pared bronquial) y favorece la desobstrucción en forma mas rápida que si tomara el mismo producto por vía oral y además con menos complicaciones.
Además, este tipo de tratamientos permite esquemas a largo plazo con medicamentos que protegen la pared bronquial y actúan preventivamente evitando que se desencadene episodios obstructivo. A este tipo de esquemas se los conoce como tratamientos preventivos a largo plazo.

¿Qué medicamentos se usan?
Existen distintos medicamentos para los diferentes momentos de la enfermedad. En las crisis agudas el salbutamol (es un broncodilatador por excelencia) contribuye a resolver el síntoma, y una vez superada la crisis y para aquellos niños que presentan episodios frecuentes la asociación de un broncodilatador (en aerosol) como el salmeterol con un antinflamatorio de uso tópico como la fluticasona es una muy buena alternativa.
Cuando los síntomas se estabilizan se puede proponer la utilización de aerosoles que contengan solo antinflamatorios (fluticasona). Este sería un esquema teórico pero, por supuesto son el pediatra junto al neumonólogo quienes decidirán cual es el mejor tratamiento para cada paciente.
No hay que medicar a los niños si la supervisión del Pediatra. No es aconsejable cambiar ni modificar las dosis (a veces se hace por temor, "Como lo vi mejor le bajé la dosis") sin el consentimiento del médico.
Si los papás están con dudas o tienen temores antes de suspender o modificar el tratamiento deben realizar tantas consultas como sea necesario.

Prevenir ataques de asma

Trata de descubrir lo que ocasiona las crisis asmáticas de tu hijo, fijándote en qué momento aparecen. El ejercicio vigoroso o la sobre-excitación pueden provocar un ataque.
Desencadenantes habituales:

  1. Polvo: Reduce el polvo de tu hogar limpiando con un trapo o esponja húmeda en vez de con escoba. Cubre el colchón del niño con una sábana de plástico.
  2. Pelo de animal: Si tienes un animal doméstico, intenta dejarlo unas semanas alejado del niño y las habitaciones que éste más utiliza, y anota si en ese tiempo tiene menos ataques.
  3. Almohadones rellenos de pluma: Cambialos por otros de relleno sintético.
  4. Polen de hierba y árboles: No dejes que el niño juegue en hierba alta, y cuando sea época de polinización intensa, mantenlo dentro de tu casa.
  5. Humo de cigarrillo: No dejes que nadie fume cerca de tu hijo.
 

Crecer Juntos® acompaña a los papás y las mamás en la compleja tarea de ser padres, sin pretender bajo ningún concepto reemplazar la figura del pediatra o médico de la familia.